Desde diferentes frentes ha resurgido el debate sobre el comunismo. Tanto desde la misma tradición marxista como desde afuera, en la filosofía y el pensamiento crítico: Badiou, Vattimo, Negri, Žižek, Fisher, Pérez Soto, Jorge Veraza, Bosteels… la lista es larga. También existen estudios especializados sobre uno de los problemas centrales a los que se enfrentó el socialismo soviético: la planificación centralizada y el cálculo económico, que hoy sería más controlable gracias a las computadoras y la tecnología, el llamado “ciber-comunismo” (Paul Cockshott y Maxi Nieto). Además está la dura realidad de la crisis del capitalismo y sus consecuencias en el medio ambiente, el trabajo, la distribución de la riqueza, la salud y la misma existencia de la especie humana en el planeta por la globalización del capital y su lógica destructiva, que redireccionan necesariamente la reflexión a la “hipótesis comunista”.
Estos y otros fenómenos vuelven necesario analizar un hecho que sucedió hace más de 40 años y del que las últimas generaciones cada vez tienen menos memoria: el colapso del país que hizo posible el socialismo, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Debe quedar claro: no se trata de añoranza sino de buscan un conocimiento objetivo sobre ese hecho. El marxismo tiene la obligación de estudiarlo y aplicarle con rigor su propio método.
Justamente el libro de Jaime E. Canales Garrido, Génesis, vida y destrucción de la Unión Soviética, publicado en 2022 por la editorial Templando El Acero (existe una edición argentina de 2019) trata de darnos una idea general sobre los hechos objetivos, las decisiones, motivos y actores que llevaron a ese fatal desenlace.
LOS PRESUPUESTOS DE LA URSS
Antes de plantear los argumentos de Canales conviene decir algunas cosas sobre los fundamentos filosóficos, económicos y políticos con los que fue construida la URSS. Esto es central para su debida compresión. No es exagerado decir que por sus fundamentos la URSS formaba parte de una civilización opuesta a la capitalista. El lector de este articulo debe tener en claro esos fundamentos para comprender adecuadamente cómo funcionaba y porqué colapsó; evitando, de esa manera, imponer ideas, realidades y concepciones que son ajenas al modo de producción socialista.
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