martes, 27 de septiembre de 2022

Odriozola ha fallecido

 


Lamentamos el fallecimiento del comunista Jon Odriozola, hombre de una cultura extensa y extraordinaria, gran conversador, amante del futbol, escribió durante decenas de años una corrosiva columna de opinión en el diario EGIN, luego GARA, también colaboro en la revista del movimiento popular revolucionario "Área Critica" cerrada por el estado. Para nosotros tuvo el detalle de regalarnos unos excelentes textos de contraportadas varias.

En su honor, recogemos banderas y levantamos el puño!!

El periodista Jon Odriozola sobre «La gran conspiración contra Rusia»:
Encomiable y valiente el esfuerzo de la editorial TEMPLANDO EL ACERO reeditando La gran conspiración contra Rusia de los autores americanos Michael Sayers y Albert E. Kahn, libro que vio la luz por primera vez en 1948, tres años después de acabada la II Guerra Mundial y ya en los prolegómenos -Churchill mediante- de la Guerra Fría.
Encomiable, decimos, porque no estamos delante de la reimpresión de un «clásico» que el público reconoce igual que una buena película intemporal y ageneracional, sino, por el contrario, de una especie de «incunable» -un tesoro semioculto- que apenas pocas personas de ideas avanzadas sabían de él. Como en «Farenheit 451», se diría que lo memorizaron para transmitirlo a lo más progresista de la humanidad.
Hemos conocido -y padecido- la interminable y endémica profusión de esquemas y clichés antisoviéticos ergo anticomunistas ad nauseam y lo que te rondaré. Y también los textos que blasonan de «antiestalinistas» -algo de mucho mérito, se supone- que, en realidad, no son otra cosa que filfa antileninista. Y es que los comunistas ignoramos qué cosa sea el fenómeno que da en llamarse -por la historiografía burguesa inclinada y dada a los «ismos»- «stalinismo» (con ese líquida suena más feroz la cosa). Tal vez sea imprescindible estratificar la Historia en ismos para mejor comprenderla y estudiarla, no lo negamos, pero rechazamos como inaceptables cierto ismos prefabricados y cocinados en alquitaras y alambiques contrarrevolucionarios o que obedecen al sistema (capitalista) con fraseología seudorrevolucionaria.
Valiente, decimos, y meritorio también, en tiempos siempre difíciles para movimientos antifascistas en no importa qué coordenada y abscisa histórica bajo la explotación capitalista y que aspire a tumbarlo y no a reformarlo ni maquillarlo, esto es, a mandarlo al museo de la historia junto con la rueca.
Hay en este libro, creo yo, demasiada verdad como para que pueda ser soportada lo mismo por el enemigo, que va de suyo, que por quien se dice amigo de la clase obrera y no es otra cosa que un traidor infiltrado en sus filas, consciente o no. Este libro no les gustará ni un pelo. Y ello, repetimos, por «insoportable». Si de ellos dependiera, seguiría en el limbo. Un lugar donde la verdad no es ni revolucionaria ni contrarrevolucionaria, simplemente no es. Lo que existen son las «versiones». Y esta -ya que no han podido evitar que se publique- sería «una más», igual que el marxismo sería una «filosofía» más en el súpermercado de las ideologías donde uno elige modelos de corbatas.
Es una suerte -que debemos a esta briosa editorial- poder contar con esta gema de libro que nos desacostumbra al mal hábito de la pereza de dar por buena la versión de la ideología dominante y su historiografía predominante. Narrado, además, importa decirlo, con el mejor estilo del periodismo norteamericano -porque lo hubo y fueron vanguardia- de entreguerras con John Reed a la cabeza. Pásalo.



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