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15 E.
Los procesos adelantados por medios electorales liderados por coaliciones de bolivarianos, revolucionarios, progresistas y disidentes de los partidos gobernantes, cansados de las inequidades sociales, económicas, políticas acrecentadas por la sumisión a las depredadoras directrices imperialistas, cumplidas por los gobiernos de las Oligarquías neoliberales, estimulan la confianza en la participación en elecciones en diversos sectores políticos, sociales, económicos y de opinión al tiempo que contribuye en abrir espacios de participación diversa en ciertas decisiones gubernamentales. Sin embargo, en el caso de los partidos y las organizaciones Marxistas Leninistas se hace imprescindible recurrir al análisis científico de cada fenómeno de la sociedad, partiendo de la historia y la idiosincrasia concreta de cada pueblo, a fin de acertar en el diagnóstico, evitando absolutismos divorciados de las realidades, generando en diversos casos falsas expectativas en las masas y la población. Fuera de las pretendidas exclusiones de la izquierda revolucionaria por decisión de la derecha y el auspicio de la socialdemocracia, cubierta en el manto de la llamada izquierda democrática.
De ninguna manera podemos desconocer los avances obtenidos mediante elecciones, pero igualmente nos concierne valorar hasta a donde estos resultados garantizan la conquista del poder, por este medio, rumbo a la construcción Socialista, concientes de la inexistencia en el mundo de un modelo Socialista único. En el entendido que se trata de innovar de acuerdo a las condiciones, exigencias, aspiraciones y experiencias propias de cada pueblo en el presente siglo. Cuando iniciar la construcción Socialista desde el punto de vista de los clásicos, implica destruir la criminal maquinaria del Estado capitalista, haciendo que los medios de producción pasen a manos del naciente Estado del pueblo y los trabajadores.
Lo cual implica inexorablemente disponer de un fuerte Partido Comunista Marxista Leninista apoyado de contingentes de masas bien organizadas en ciudades, poblados y en los sectores rurales, en unidad con otras organizaciones revolucionarias, democráticas o antiimperialistas, capaces de defender las conquistas de los trabajadores a nivel nacional e internacional. El Camarada Vladimir Lenin, ya nos enseño que una revolución vale si sabe defenderse de la arremetida del enemigo por aniquilarla, esta verdad histórica nos obliga a preparar anticipadamente las Fuerzas Armadas Revolucionarias encargadas de garantizar la buena marcha del proceso, con la misión de combatir sin descanso los brotes contra revolucionarios de las oligarquías aupadas por los imperialistas, particularmente el estadounidense.
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